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(6) Me acuesto y duermo, y vuelvo a despertar,
porque el Señor me da su apoyo.
(7) No me asusta ese enorme ejército
que me rodea dispuesto a atacarme.

(8) ¡Levántate, Señor!
¡Sálvame, Dios mío!
Tú golpearás en la cara a mis enemigos;
¡les romperás los dientes a los malvados!

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